jueves, 4 de agosto de 2016

Día 3 - 4. Riqueza para el pueblo marroquí

Aunque parezca mentira, los primeros días de un casal son los más complicados. Por ello, el cansancio ayer empezó a dar sus primeros signos en nosotras y por eso faltamos a nuestra cita diaria con vosotros. Hoy en cambio, ya hemos recuperado energías y volvemos a estar por aquí. En nuestra tercera jornada, consideramos que lo mejor era organizarnos en equipos de dos. Por un lado, Mº Lourdes y Mireia fueron a Habibat a clasificar la ropa que posteriormente se repartirá entre las apadrinas y sus respectivas familias. Éstas también recibieron un par de zapatos cada una. Y por el otro lado, Esther y Cora se encargaron de ir al almacén donde se encuentra todo el material recogido y clasificarlo con el objetivo de hacer entrega de una bolsa de material escolar a todos los alumnos/as del casal el último día. Por la tarde, fue un día de muchas emociones en el Casal: tuvimos la visita del Gobernador, repartimos los tickets para que cada niño/a pudiera ir a canjearlo por un par de zapatos (crocs) nuevos y, a la hora de la merienda empezó a llover. Esto último, hizo que no pudiéramos salir al patio a jugar prácticamente hasta el final. Sin embargo, causó una gran felicidad en ellos. ¡Todos querían salir a jugar bajo la lluvia! Hoy por la mañana, mientras Mª Lourdes seguía clasificando la ropa con las apadrinadas, Mireia, Cora y Esther han ido a visitar, junto con Alami, el poblado de Chiyahna. Allí han recorrido las distintas calles, muchas de ellas ya destruidas, por lo que la gente ya no vive ahí, sino que se ha contruido sus propias viviendas a las afueras. En este paseo todos los niños del poblado nos han acompañado entre sonrisas y los más tímidos escondiéndose entre las muros. Para finalizar, hemos disfrutado de un té con pastas en casa de Mohussin, un chico apadrinado. Al que desde aquí, agradecemos su hospitalidad y la labor realizada en el casal día a día. Al finalizar la mañana, las responsables de cada poblado han podido escoger algunas prendas de ropa. Por la tarde, lo que parecía que iba a ser una jornada tranquila de actividades y juegos, se ha convertido en una guerra de pinturas en la que ninguno se ha librado de llevarse una pincelada en la cara y en la cual los niños han sido los protagonistas y, por supuesto, los que más han disfrutado. Tampoco puede faltar el agradecimiento a dos de las monitoras del grupo de "medianos 1" por habernos traído, tanto ayer como hoy, una deliciosa merienda típica de aquí con té, pastas y frutos secos. Cerramos esta publicación reflexionando sobre la generosidad de compartirlo todo sin tener nada.

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